"El Gran Encuentro: Santos Vega, Martín Fierro y Anastasio el Pollo en la Pampa"



El Gran Encuentro: El Desafío en la Pampa con Humor Gauchesco


La pampa, eterna y silenciosa, se estiraba hasta donde el ojo alcanzaba, como un mantel infinito lleno de migas de pasto y algunos charcos de agua. Bajo la sombra de un ombú que había visto más cuentos que el almacén del pueblo, se encontraban reunidos tres figuras que harían historia… o al menos, una anécdota para recordar en las pulperías.


Anastasio el Pollo, siempre inquieto, estaba en cuclillas junto a un pequeño fogón, moviendo las brasas con un palo como si fuera un alquimista de la parrilla. En su sombrero ladeado brillaba una pluma que alguna vez prometió a una paisana que era de cóndor, pero en realidad había sacado del gallinero del patrón.


—Nunca pensé que terminaría compartiendo con dos leyendas de la pampa —dijo Anastasio, mientras usaba su facón para cortar un pedazo de pan que había “encontrado” en la despensa del último rancho—. Y miren que yo he conocido tipos raros, pero nunca a un payador invencible y a un gaucho que se pelea hasta con el viento.


Santos Vega, con su guitarra apoyada en las rodillas, sonrió con calma, como si el universo entero girara al ritmo de sus rasguidos.

—No hay leyenda aquí, Pollo. Sólo hombres que andan por esta tierra con el canto, el ingenio y el coraje como bandera. Pero si estamos juntos, algo habrá que hacer para que esta reunión no sea en vano.


Martín Fierro, apoyado contra el tronco del ombú con su guitarra al lado y el facón al alcance de la mano, miró a los otros dos con seriedad.

—Yo digo que ya basta de palabras dulces. Si somos hombres de esta pampa, probemos quién tiene más arte. Santos, vos con tu canto, Anastasio con tus cuentos, y yo… con lo que se me cruce.


Anastasio soltó una carcajada.

—¡Ah, Fierro! Siempre tan directo. ¿Pero vos sabés cómo me dicen a mí? El Pollo no es por mi apellido, ¿sabés? Es porque yo siempre salgo bien parado, como un gallo en pelea. Así que, si hay desafío, yo estoy listo.


Santos Vega afinó su guitarra con lentitud.

—Entonces empecemos con algo que nos saque las caretas: una payada. Cantaré un tema y cada uno deberá responderme con su estilo. Pero cuidado, Pollo, que aquí no vale cacarear.

Santos Vega
Santos Vega 


El canto de Santos Vega: un reto musical


Santos comenzó con su canto, y su voz resonó como el viento en las cañas del arroyo:


> “Canta el que tiene el alma,

y no sólo la garganta;

que el verso sea bandera

y no sólo cosa santa.

Aquí en la pampa infinita,

yo canto al gaucho sincero;

que responda quien se atreva

a este payador entero.”




Martín Fierro tomó su guitarra, dejando caer la manta del hombro, y contestó con voz firme:


> “Soy el gaucho que ha sufrido

las penas de la injusticia,

pero que nunca ha perdido

su valor ni su caricia.

Mi canto es como mi lanza:

va directo al corazón;

pero también te aseguro,

no perdona al traidor.”




Anastasio, sin guitarra ni vergüenza, se levantó, sacudiéndose el polvo de las bombachas, y respondió con su habitual picardía:


> “No traigo guitarra encima,

pero tengo buena boca;

y aunque el canto no me estima,

la astucia nunca me choca.

Yo respondo con mi cuento,

que el verso no es mi camino;

pero déjenme el fogón,

que yo siempre hallo destino.”




Santos Vega, divertido, golpeó suavemente la guitarra.

—Veo que aquí nadie se achica. Sigamos entonces.

Anastasio el Pollo
                                  Anastasio el Pollo


El ingenio de Anastasio: cuentos con trampa


Anastasio se rascó la barbilla, pensativo.

—Bueno, si de payadas vamos a pasar a algo más práctico, yo propongo un acertijo. Si son tan listos como dicen, veamos si pueden resolver esto:


—Soy un bicho de la pampa,


> no tengo patas ni cola;

pero al que conmigo se topa

me cuida más que a una joya. ¿Quién soy?




Martín Fierro se cruzó de brazos.

—El caballo, claro. Ningún gaucho puede andar sin él.


Santos Vega negó suavemente con la cabeza.

—No, Fierro. Es la guitarra. Sin ella, el canto no tiene eco.


Anastasio sonrió con satisfacción.

—¡Equivocados los dos! Es el mate, señores. Sin él, ni guitarra ni caballo tienen gracia.


Los tres estallaron en risas. Santos Vega comentó:

—Pollo, vos podrías hacer reír al mismísimo diablo.

Martin Fierro
                 Martin Fierro


El coraje de Martín Fierro: el reto definitivo


Martín Fierro, recuperando la seriedad, propuso el último desafío.

—Yo les planteo algo más duro: ¿cuál ha sido el momento en que el coraje les dio fuerzas cuando todo parecía perdido?


Santos Vega respondió primero, con una sonrisa melancólica:

—Fue cuando perdí en la payada contra Juan Sin Ropa. No fue coraje para vencer, sino para aceptar la derrota y seguir cantando.


Anastasio, con tono despreocupado, contó su historia:

—Una vez me quedé sin nada, ni un peso ni un bocado. Entré en la pulpería y convencí al pulpero de que me diera pan y vino a cambio de un cuento. ¡Y aquí estoy, sin morir de hambre!


Martín Fierro asintió y cerró el desafío:

—A mí, el coraje me vino cuando me quitaron todo, pero entendí que mientras me quedara la dignidad, todavía era dueño de mi destino.


El final del desafío


Cuando la noche cubrió la pampa, los tres hombres se miraron con respeto. Santos Vega, con su calma habitual, concluyó:

—No hay ganadores ni vencidos aquí. Sólo hombres que saben andar por esta tierra con lo que tienen.


Anastasio, riendo, agregó:

—Y con lo que no tienen, también.


Bajo las estrellas, compartieron pan, vino y anécdotas. Y dicen que, si uno pasa cerca de aquel ombú, todavía puede oír las risas y los cantos de ese encuentro que, entre bromas y desafíos, se convirtió en leyenda.


Referencias:


1. Santos Vega


Inspirado en la tradición oral argentina, Santos Vega es un payador legendario inmortalizado en la literatura gauchesca. Su figura ha sido objeto de diversas obras que destacan su destreza en la improvisación y su conexión con la cultura popular. https://www.cervantesvirtual.com/portales/literatura_gauchesca/introduccion/?utm_source=chatgpt.com




2. Martín Fierro


Protagonista de los poemas épicos El gaucho Martín Fierro y La vuelta de Martín Fierro, escritos por José Hernández. Es considerado el arquetipo del gaucho argentino, simbolizando la resistencia y la lucha por la justicia en la pampa. https://archive.org/download/martnfierrolav00hernuoft/martnfierrolav00hernuoft.pdf?utm_source=chatgpt.com




3. Anastasio el Pollo


Personaje principal del poema satírico Fausto de Estanislao del Campo. Anastasio el Pollo es un gaucho pícaro que narra sus impresiones tras presenciar la ópera Fausto, ofreciendo una perspectiva humorística y crítica sobre el encuentro entre la cultura rural y urbana. https://www.stockcero.com/iframe-content.php?id_prod=725328091&utm_source=chatgpt.com




4. El gaucho en la literatura argentina


Ricardo Rojas, en su obra Historia de la literatura argentina, analiza cómo el gaucho se convirtió en un símbolo literario y cultural en la construcción de la identidad nacional. Su estudio abarca desde las primeras manifestaciones de la literatura gauchesca hasta su consolidación en el canon argentino.

https://archive.org/details/historiadelalite0001roja



5. La pampa como escenario literario


Adolfo Prieto, en El mundo del gaucho, describe cómo la pampa se utiliza como un espacio simbólico donde se desarrolla la vida y las historias de los personajes gauchescos. Su análisis profundiza en la representación del paisaje y su influencia en la narrativa argentina.https://filologiaunlp.wordpress.com/wp-content/uploads/2018/05/adolfo_prieto_el_discurso_criollista.pdf





Estas fuentes ofrecen un contexto histórico y literario para profundizar en la conexión entre estos personajes y su relevancia en la tradición argentina.




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