Crónicas de la Alimentación- Capítulo 2: La Tierra nos dio de Comer
Capítulo 2: La Tierra Nos Dio de Comer
Serie: “Yo Cocino, Luego Existo – Crónica de la Alimentación Humana”
Por Mateo, cocinero y testigo de fuegos antiguos
Yo soy hombre de cuchillo y tabla. Pero hubo un tiempo —lo sé como si lo recordara en mi cuerpo— en que no hubo cuchillos ni tablas, ni cazadores errantes. Hubo algo más poderoso: la semilla.
Cuando la humanidad se cansó de correr detrás de los animales, cuando el hambre ya no pudo más con el nomadismo, alguien —probablemente una mujer— notó que lo que caía al suelo… crecía. Y ahí cambió todo.
No fue un invento. Fue una revelación. La tierra era madre. Y nos daba de comer.
Los primeros cultivos fueron actos de fe. Trigo en Mesopotamia. Arroz en Asia. Maíz en América. No se sembraba solo alimento. Se sembraban casas, familias, dioses. Porque quedarse a cultivar significaba inventar el hogar.
Cocinamos pan, por primera vez. Pan de piedra. Pan plano, sin levadura. Pan como promesa. Y con él llegó el excedente, el almacenamiento, el trueque. Las primeras vasijas guardaban más que grano: guardaban esperanza.
Yo lo pienso cada vez que amaso. Porque amasar es rezar con las manos. Es mezclar historia, tiempo y paciencia. En ese gesto está todo: el sudor de los primeros agricultores, la lluvia esperada, el miedo a la plaga.
La cocina, entonces, ya no fue sólo fuego. Fue barro, molienda, fermento. Fue aprender que el alimento no solo se caza: también se espera. Se protege. Se honra.
Nos volvimos sedentarios, pero ganamos el tiempo de la espera. Y en esa espera, la cocina se hizo cultura.
🫓 Receta Ancestral: Pan Plano de Trigo Antiguo (Estilo Neolítico)
Inspiración: Panes sin levadura como los que se preparaban en fogones de piedra hace más de 8.000 años.
🛠 Ingredientes:
- 2 tazas de harina integral (trigo espelta, khorasan o emmer, si es posible)
- 1 taza de agua
- 1 cucharadita de sal
- Opcional: hierbas secas (tomillo, salvia, ajenjo) o semillas molidas
🔥 Preparación:
- Formá una masa mezclando la harina con agua y sal. No debe quedar pegajosa ni muy seca. Amasá unos minutos.
- Dejá reposar tapada con un paño durante 30 a 60 minutos.
- Dividí en bolas y aplastalas con la mano hasta formar discos finos.
- Cociná sobre piedra caliente, sartén de hierro o plancha, sin aceite. Aproximadamente 3 minutos por lado.
- Serví caliente, con manteca, aceite de oliva o sola, como en los primeros tiempos.
Notas de Mateo: “Este pan no se corta. Se parte con las manos. Y se comparte. Es más que comida: es raíz. Es tiempo detenido entre harina y fuego.”
🔙 ¿Querés volver al comienzo de esta serie? Leé el primer capítulo acá:
👉 Capítulo 1: El Primer Fuego
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