Cronicas de la Alimentación- Capítulo 3: Filosofía y Festín
Capítulo 3: Filosofía y Festín
Serie: “Yo Cocino, Luego Existo – Crónica de la Alimentación Humana”
Por Mateo, cocinero y testigo de fuegos antiguos
A veces cocino en silencio. Y cuando lo hago, escucho ecos que no son del cuchillo ni del hervor. Son ideas. Pensamientos que vienen de lejos, de cuando la comida no solo era sustento, sino también símbolo. Cuando se comía para vivir… pero también para pensar.
En Grecia, un banquete no era solo una comida. Era un symposium, un encuentro entre iguales. Se hablaba de política, de amor, de justicia. Y en medio, platos sencillos: aceitunas, queso de cabra, pan de cebada, vino aguado. Comer no era excusa para hablar. Hablar era parte del rito de comer.
Y si hablamos de rituales, no puedo evitar pensar en los romanos. Ellos sí que sabían exagerar. Comían acostados, servidos por esclavos, en banquetes que duraban horas. O días. Inventaron las entradas, los platos principales, los postres. También la gula. Pero no todo era exceso: muchos sabios romanos escribieron sobre cocina, agricultura, salud. Sabían que el paladar era también una puerta al conocimiento.
Yo, que cocino para alimentar, también cocino para recordar. Porque entre el pan plano de los campesinos y los manjares de los césares, hay una verdad que no cambia: la cocina es un espejo del alma humana.
Cada vez que corto un racimo de uvas, pienso en Dionisio. Cada vez que cocino un guiso con legumbres y cebada, pienso en Hipócrates. Y cada vez que alguien se sienta en mi mesa y sonríe con el primer bocado, pienso en todos los que, siglos antes, supieron que comer juntos nos hace mejores.
🍲 Receta Ancestral: Estofado Mediterráneo de Legumbres y Hierbas
Inspiración: Recetas griegas y romanas descritas por autores como Catón y Apicio, adaptadas a ingredientes actuales.
🛠 Ingredientes:
- 1 taza de lentejas o garbanzos cocidos
- 1 cebolla morada
- 2 dientes de ajo
- 2 hojas de laurel
- 1 cucharadita de orégano seco o fresco
- 1 puñado de aceitunas negras (opcional)
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal marina y pimienta al gusto
🔥 Preparación:
- En una olla de barro o sartén profunda, sofreí la cebolla y el ajo picado con aceite de oliva hasta que estén dorados.
- Agregá las legumbres cocidas, el laurel, el orégano y un chorrito de agua.
- Dejá hervir suavemente durante 20 minutos para que se integren los sabores.
- Incorporá las aceitunas al final y ajustá la sal y la pimienta.
- Serví con pan de cebada o pan plano, como en la antigua Grecia.
Notas de Mateo: “Esta comida no se apura. Se sirve tibia, se come conversando. Porque en cada cucharada hay algo más que alimento: hay historia, hay encuentro, hay pensamiento.”
🔗 Capítulos anteriores:
📖 Capítulo 1: El Primer Fuego
📖 Capítulo 2: La Tierra Nos Dio de Comer
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